Mi experiencia en Londres fue una de las mejores que pude tener y no lo cambiaría por nada.
Al principio me fue difícil adaptarme y aprender a moverme con tanta facilidad como las personas que ya tienen mucho tiempo viviendo ahí. Pero gracias a Dios todas las personas que conocí fueron amigables, buenos y sobre todo se hicieron grandes amistades que aun después de ya no vernos o visitarnos seguimos en contacto.